Entrevista Re: Re: Re: ~ Felipe Arturo

Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: invitación.

Hola Mónica,

La invitación me parece muy interesante y agradezco mucho que hayan pensado en mi. Encuentro que el proyecto de Laagencia toca puntos que creo son importantes dentro de la circulación y producción de arte en Bogotá en estos momentos y me gustaría mucho poder ahondar en ciertas preguntas que tengo para ustedes y en otras que son importantes para mi práctica. Gracias a los proyectos en que hemos colaborado y en los que he podido acercarme a Laagencia creo que puedo tener una interlocución crítica y saludable y tal vez esta conversación pueda convertirse en un lugar de reflexión y transformación, las cuales son operaciones fundamentales para todo proceso en donde se involucre el arte. Como notarás, el tono de este párrafo esta saliendo algo articulesco y es porque puede servir de introducción a la entrevista que me gustaría plantearles como propuesta de texto. Si les parece adecuada la invitación que les devuelvo, podemos empezar con la siguiente pregunta y una vez ustedes respondan puede venir una nueva pregunta y así hasta que pensemos que tenemos un texto o muchos e-mails con asunto Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: invitación.

F:

Ustedes cuatro (Mónica, Mariana, Diego y Santiago) terminaron la escuela de artes no hace mucho y aunque me imagino que tenían la idea, cuando estudiantes, de convertirse en artistas y producir obra, se juntaron para trabajar en el proyecto de Laagencia y se involucraron en actividades como gestión, producción, consecución de recursos, montaje, etc…¿Qué los llevó a tomar este camino y como ven el trabajo colectivo en relación al trabajo personal?

M: El espacio común, sí, surgió una intriga por el espacio que compartíamos en relación al espacio que habitábamos individualmente. Diego fue el que empezó colonizando este edificio con talleres, invitando a otros amigos, y de un día para otro éramos ya 10 en diferentes espacios; unos teníamos un grupo de estudio, éramos recién egresados y sentíamos falta de la lectura como hábito y esto permitió despertar ese espacio común de la crítica de la práctica del arte a través de la lectura y la re-lectura junto  al ‘espectador emancipado’ de Jacques Ranciere. Resulta que éramos y somos todos muy inmateriales y por esa época con la escasez de espacios para el encuentro de las prácticas del arte surgió el interés común de abrir nuestra práctica al diálogo con el público, al que fuera, al que se animara a venir.

Y eso terminó resuelto en la construcción de un proyecto que aún se redefine, aveces de gestión o de montaje, pero siempre en un contexto artístico y político, que parece ser el mismo al escoger el camino de trabajo autogobernado, cuando invertir esa labor afectiva puede ser tan decisivo como hacer una exposición individual en vez de una colectiva.

F:

Me parece intrigante la mención de trabajo autogobernado como una labor afectiva. En ese sentido me gustaría continuar preguntando ¿Cómo funciona ese gobierno en la agencia, cabría tal definición? ¿Cómo funciona tomar decisiones, hacer propuestas, distribuir los trabajos, cómo es esa economía de afectos dentro de un trabajo colectivo como el de ustedes?

Diego:

Nos auto-gobernamos porque tenemos autonomía para seguir haciendo proyectos individuales, y eso es importante para el colectivo,  sin embargo como colectivo tenemos un método de trabajo, al principio fue intuitivo, nos apropiamos de la palabra co-producción, un termino usado en cine cuando dos países colaboran para la realización de un mismo proyecto, en nuestro caso nos interesaba producir proyectos de artistas he involucrarlos para hacer parte de una idea precisa que se reflejara en una exposición. En esa ecuación de trabajar colectivamente, con un artista,  se manifestó  la función de corrector de estilo poniendo comas, puntos y tildes en las exposiciones, también diseñar la invitación y opinar de manera critica la escala de los detalles en ese tiempo de montaje y producción donde se sobrepone además de una economía de afectos, nuestra practica artística.

Con el tiempo la intuición no cambia pero si se transforma al plantear esquemas de orden, tomar decisiones donde pesa los argumentos y no la democracia, entender las potencias de cada integrante, descifrar el tiempo y la escala del proyecto. Por eso dice Mónica; “Laagencia aun se redefine” y siempre volvemos al principio:  rescatar el grupo de estudio  buscando el norte.

F: Según entiendo, en la agencia ustedes han realizado un programa relativamente abierto de proyectos expositivos individuales en el espacio de la galería, que es, tal vez, el hilo conductor de su proyecto, el lugar donde realizan las co-producciones, como las llama Diego. En paralelo han realizado otras actividades, como  el “Pasaje, prácticas contemporáneas” entre otras presentaciones, charlas y encuentros en otras ciudades y países como la red de residencias. Ahora están trabajando en un proyecto de museografía para la Galería Santafé en Bogotá y también preparan unas adecuaciones y transformaciones del edificio para alojar residencias. Esto, además de consumir una gran cantidad de tiempo y energía, los esta llevando a desarrollar habilidades en gestión y producción y a entablar un trabajo interdisciplinario, el proyecto de la Santafé lo están haciendo en compañía del arquitecto Antonio Yemail y el “Pasaje” fue desarrollado en colaboración de una organización europea. Mi pregunta va en el siguiente sentido: ¿Cómo desarrollar este abanico de labores y habilidades sin convertirse simplemente en una agencia de producción, es decir en un aparato gerencial de la cultura? ¿Cómo cabe el estudio, la discusión, el norte intuitivo del que habla Diego, dentro de este tren de proyectos?

Mariana M:

Cuando pareciera que estamos llegando al punto de convertirnos en algo, extrañamente, Laagencia se contiene, lo piensa dos veces antes de cruzar la linea y se abstiene al encasillamiento. No es un comportamiento predeterminado, pero de alguna manera u otra hacemos las cosas para nunca caer en definiciones establecidas, tal vez es un devienir de su propia historia o las dinámicas que se dan al interior del edificio. Laagencia no es una residencia para artistas pero esta vinculada a una red nacional e iberoamericana de residencias; Laagencia no es una espacio de exhibición para proyectos individuales pero co-produce al lado de los artistas proyectos de creación para un espacio especifico; Laagencia no es un programa de formación pero es un espacio abierto a la discusión y socialización de proyectos; Laagencia no es una productora cultural pero expande su práctica a otros espacios y se inserta en otros proyectos; Laagencia se conforma por el trabajo colectivo de cuatro artistas que también pueden ser arquitectos, diseñadores, obreros, gestores, comunicadores, empresarios o ciudadanos; nuestra premisa es simple: en Laagencia puede pasar de todo pero no de cualquier manera. Cada proyecto es la maqueta del siguiente – creo que eso lo dijo Siza, un arquitecto portugués – por eso en cada proyecto, además de hacer lo que ya sabemos hacer, se dan oportunidades para generar nuevas inteligencias, diversas alianzas, y adoptar otras o nuevas metodologías de trabajo. En la practica  colectiva se potencializan las individualidades; viéndolo de esa manera, Laagencia si desarrolla ese abanico de habilidades y posibilidades para transformarse cada vez que uno de nosotros trae a colación un interés particular. Es de ahí de donde se desprenden las discusiones, la investigación, el proyecto de arte y no de gerencia, los soportes y el trabajo indiscipliario, que hace de de los limites de la producción artística mas difusos, amplios, desparramados, diseminados y poco concisos.

F:

El “Pasaje, prácticas contemporáneas” fue un evento bastante estimulante para mi. Yo soy de una generación unos años mayor que ustedes, no muchos, sin embargo pienso que hay grandes diferencias entre lo que era importante para nosotros y lo que es importante para ustedes y eso fue algo que el pasaje me demostró. El “pasaje” puso en un mismo espacio a un sinnúmero de colectivos y pequeñas empresas culturales (agencias, si se quiere) que de alguna manera habían encontrado en la posibilidad de juntarse un tipo de práctica y de visibilidad. Para mi generación creo preguntas alrededor de la producción eran más centrales que preguntas alrededor de la circulación y la distribución. En el pasaje vi muchos colectivos con novedosas maneras de circular, distribuir, gerenciar, ofrecer, producir, co-producir, así sea que lo circulado, distribuido, ofrecido, co-producido fuera incierto y en la mayoría de las veces innecesario. Alguna vez escuché a Francis Ford Coppolla hablando de cómo el problema del cine para su generación era cómo llegar a producir las películas, hoy una película es fácil de producir, o se ha hecho más factible, sin embargo llegar a los grandes circuitos de distribución no es para nada fácil y según el ese era el cuello de botella del cine de hoy, creo que el proyecto e-flux va un poco en esa dirección. Siguiendo con la respuesta de Mariana, me gustaría preguntar: ¿después de todas las mutaciones alrededor de las prácticas, hacia donde va la agencia en el tiempo, hay una pregunta sobre los contenidos? ¿Cómo se ven en 5, 10 años, hay un proyecto en el tiempo más allá de una estructura flexible y amigable? ¿es una pregunta sobre los contenidos relevante para ustedes?

D.

Ese pequeño cambio de generación al que haces referencia son episodios que dejan entrever de que manera, en un lapso de tiempo, se produjo un cambio de paradigma en las concepciones y los fundamentos de los discursos que se producen sobre el arte. Personalmente creo en la paradoja que uno aprende lo que no le enseñaron, nosotros fuimos educados por una generación de artistas como curadores, de artistas como escritores, de la exploración del arte conceptual en cualquier medio, y todo fue un proceso de interpretación de una serie de supuestos teóricos y conectarlos con algunos de los intereses que se sobreponen al afecto de ver arte. En La Universidad de los Andes existe un énfasis que se llama  Proyectos, un área que uno no aprende arte, pero desarrolla “percepción estética”, diferente a la “percepción funcional” que se limita a la transmisión de información interdisciplinaria, de esta manera podíamos hacer proyectos como si fueran la primera vez, generando una especie de habito que estimula  un universo sobre el contenido de un proyecto. Aquí, entonces me pregunto si existe pregunta sobre los contenidos, o si es mejor preguntarse por el contenido de un proyecto, como pasa por ejemplo en las películas, donde en un trabajo colectivo todos empatan en producir un guión, grabarlo y editarlo. Mi punto no intenta transgredir los limites de la propiedad intelectual, más bien hacer una analogía de la  fuerza en los procesos colectivos que engendran proyectos de arte,  y en esa frase se expresa de manera tacita  que siempre hay una búsqueda de forma y contenido en nuestros proyectos, por ejemplo El “pasaje” fue una la excusa en tiempo y espacio para destapar  diferentes disciplinas que los artistas usan para distribuir y producir sus trabajos, como el trabajo de La Peluquería, un lugar que apela al proceso de corte de cabello para comunicar trabajos de arte o el trabajo de La Cooperativa que desarrolla una plataforma compleja de actividades en las cuales pueden participar artistas, docentes y especialistas del campo del arte. Creo que hoy el interés es abrirse a un mar de posibilidades que aborden las nociones de producción y trabajo en arte y quizá ese contexto se vuelve un contenido en si mismo.

Con respecto a La pregunta de como nos vemos en 5 años tropieza con el entendimiento de que “todo viene y todo pasa”. El proyecto se creó con la  pauta que se podía acabar en cualquier momento, hoy digo que no se puede acabar hasta el 2013 porque estamos haciendo varios proyectos, entre ellos el de la residencia, pero después de eso todo puede pasar, eso si, no de cualquier manera.

Leave a Reply

Your email address will not be published.